MI MUSICA

martes, 21 de agosto de 2012

SEGUNDO SEMESTRE RELIGIÓN CLEI


SEPTIMO 
  LA ADVERSIDAD es el infortunio, la suerte adversa o contraria.
Se dice que en las adversidades se conocen las personas fuertes queriendo indicar que la adversidad es como la fragua donde se templan los ánimos varoniles y heroicos. También existe el refrán "en las adversidades se conocen las amistades" queriendo indicar que un amigo no abandona a otro en la desgracia.
Se representa por una mujer anciana, triste y vestida pobremente, que se apoya en una caña para atravesar un campo estéril, en cuyo fondo se ve una cabaña destruida por el incendio. Varios perros lamen los miembros de la anciana, cubiertos de llagas.
Actitudes frente a la Adversidad
“El ladrón no viene sino para hurtar, matar, y destruir: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Jn. 10:10
Dependiendo de las actitudes con la cuales caminemos en el evangelio y en esta vida, así dependerá de nosotros el poder aprovechar las bendiciones de Dios. Se ha comprobado que para tener una vida victoriosa, necesitamos adoptar lo que la Biblia nos enseña con respecto a las adversidades que continuamente tenemos. Usted no puede evitar las adversidades. El Señor fue claro y dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero no temáis, yo he vencido al mundo”. Jn.16:33
Los investigadores dicen que el 15% de las personas, que se esfuerzan, que estudian, que se capacitan son las que tienen más probabilidades de tener una vida “exitosa”. Sin embargo esto reside no solo en el conocimiento y preparación que tengan, sino en la actitud acerca de las cosas difíciles que vienen a su vida. ¿Quiere decir que hay actitudes positivas y negativas que determinan el futuro de las personas? Sí, La Biblia describe principios y verdades que tenemos que escudriñar, que conocer, que practicar. Habla sobre cosas importantes para declarar en nuestro camino, palabras o pensamientos de fe, de victoria, para que al ser parte de nosotros, obtengamos resultados positivos y nos hagan avanzar.
Los seres humanos, todos tenemos la oportunidad, de construir nuestros proyectos de vida, Dios nos ha dado libertad para hacerlo, podemos escoger si seremos profesionales, o simples obreros, si seremos unas trabajadoras o solamente amas de casa, si continuaremos en nuestra nación que nos vio nacer, o si emigraremos a un lugar mejor.
Podemos escoger que cantidad de hijos queremos, o si nos casamos o quedamos solteros,.
El bien y el mal existen, es una frase que tal vez, todos las pronunciamos, pero ¿Que cuando el mal llega a nuestras vidas?, entonces desconfiamos, nos desilusionamos, nos derribamos, y nos postramos ante la frustración, la impotencia, la duda, y la angustia.  Pero, es precisamente en esos momentos en los que descubrimos que hay en el interior de nuestras vidas
TRIUNFO 
Es el éxito en un desempeño o acción, por lo general deportiva o militar
La palabra triunfo refiere a la acción y resultado de triunfar, es decir, es el éxito obtenido en el desempeño de una acción, que generalmente se inscribe en el ámbito militar o deportivo. Boca Juniors triunfó ante River y volvió a quedarse con el superclásico. Tras el triunfo las tropas enemigas decidieron retirarse.
Aquel que experimenta un triunfo ya sea éste en carne propia, en su entorno o en el grupo de pertenencia que integra, siempre sentirá regocijo, felicidad por haber podido gracias al esfuerzo superar los obstáculos, en los casos que los haya habido. Aunque claro, también es común que se produzca el triunfo y con él la sensación de dicha y felicidad, que a la vez se mezcle con otras sensaciones menos agradables si es que por ejemplo no todo resultó ser perfecto, por ejemplo, se triunfó en una batalla pero se perdió a un importante soldado o en la disputa de una competencia deportiva, se ganó, pero el mejor jugador del equipo quedó lesionado y por tanto no podrá disputar los próximos partidos.
Éxito y Triunfo: Conceptos Diferentes
Por toda la historia hemos asimilado las palabras éxito y triunfo como lo mismo, atribuyéndoles el mismo significado, sin embargo son conceptos muy diferentes; el éxito es un logro personal en cualquier ámbito ya sea, laboral familiar o empresarial , a la palabra triunfo se le podría asumir lo mismo , sin embargo el triunfo es un concepto mas profundo basado totalmente en la felicidad compartida, el éxito es un logro fundamentado en apariencias, menos principios y valores ya que se asocia mas al egoísmo y a el objetivo de ganar , siempre ganar, a veces a costa dé los propios principios y valores tan fundamentales para ser feliz, por ejemplo el ser exitoso no significa que seas feliz, el ser triunfador es serlo, ya que el triunfo se basa en principios y valores en el bien común , en el aceptar las diferencias y aprender de los demás , es llevar un equilibrio en todos los ámbitos de su vida
Por ejemplo cuando vemos a una persona que se viste bien, que tiene grandes empresas, que siempre aporta ideas para el desarrollo de las mismas, que viaja por todo el mundo, que se hospeda en los mejores hoteles, come en los mejores restaurantes, y todo lo logró a base de su esfuerzo y dedicación, le atribuimos la palabra exitoso o triunfador, exitoso lo es, no hay duda; pero triunfador no lo sabemos tal vez si o tal vez no. Ser triunfador es ser feliz al estar bien en todos los ámbitos de su vida, (tiene un equilibrio), esa persona que tu vez como exitoso tal vez con su familia no
lo es, tal vez con sus amigos no lo es, tal vez no es feliz, un triunfador siempre lo es, eso no significa que las personas que logran cosas importantes en la sociedad no sean triunfadores, hay grandes personalidades que han sabido tener éxito en todos los ámbitos de su vida convirtiéndose en personas triunfadoras

RESILIENCIA: TRIUNFO ANTE LA ADVERSIDAD
La psicología y la ingeniería de materiales, aunque pueda parecer extraño, tienen algo en común: el término resiliencia. Esta palabra hace referencia al fenómeno por el que los cuerpos retornan a su forma inicial, después de haber sido sometidos a una presión que los deforma.
Erik Welhemnayer es alpinista de profesión, Moisés Rodríguez es catedrático de literatura en una universidad en Connecticut, Adriana Macías es escritora y abogada. Los tres tienen algo en común: han hecho de la resiliencia su bandera. Han convertido los obstáculos que les ha brindado la vida en éxitos. El primero es ciego, el segundo sufrió alcoholismo y malos tratos físicos de su padre durante años, la tercera carece de brazos y manos.
Debemos hacer notar que resiliencia no es sinónimo de resistencia, la resiliencia es la capacidad de las personas para salir delante de una situación adversa, fortalecida de una manera creativa y optimista, en la resistencia “aguantas”, en la resiliencia: transformas, cambias el entorno
El ser resiliente no es un ser extraordinario, por el contrario, es una persona como tú y como yo, que busca estar en constante movimiento, tiene una meta fija que con cada paso que da y cada obstáculo que libra se fortalece; con el pasado es respetuoso, con el presente firme y alerta, pero con el futuro osado y atrevido, porque a pesar de los riesgos y las barreras sociales y personales, siempre habrá de encontrar la fuerza que lo impulse a atreverse a ser distinto, a encontrar la oportunidad de atravesar paredes, superar los límites, rebasar expectativas, cruzar los horizontes creando caminos, encontrando nuevas rutas, realizando lo imposible…mientras lo posible no sucede.
Ser feliz es una decisión que depende de cada uno de nosotros, cada persona brilla con luz propia, no hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos que no alumbran ni queman, pero otros arden con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y quien se acerca se enciende.
Las situaciones de desastre ponen en alerta todo el sistema emocional, somático, conductual, afectivo e interpersonal. En unos segundos se activan y hay una encrucijada: o creces o te vas al fondo.
El sufrimiento no debe ser el medio para alcanzar la felicidad. Pero si debemos aceptar que una vez que el sufrimiento está presente, también puede estarlo, la felicidad.
ABC DEL RESILIENTE
CONECTARSE
Construir relaciones fuertes y positivas con familiares y amigos.
ENCONTRAR UN SIGNIFICADO
Desarrollar un sentido de propósito para su vida. Compartir las emociones, sentir gratitud.
SENTIDO DEL HUMOR
Encontrar en la risa situaciones de estrés, no es apostar por la negación. El humor es un mecanismo de defensa útil.
 APRENDER DE LA EXPERIENCIA.
No se puede cambiar lo que ha sucedido, pero siempre se puede mirar hacia el futuro. Esperar buenos resultados.
 CUIDARSE
Atiende tus necesidades y sentimientos. Esto incluye la participación en actividades y esparcimiento, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente y comer bien.
ACEPTA CAMBIOS
Anticiparlos hace que sea más fácil adaptarse
TRABAJAR HACIA UNA META
Hacer algo cada día que le de un sentido de logro. Incluso los objetivos de todos lo días son importantes. Tener metas ayuda a mirar al futuro.
MANTENER LA PERSPECTIVA.
Ve la situación en el contexto más amplio de la propia vida y del mundo. Mantén una perspectiva a largo plazo y saber que tu situación puede mejorar si trabajas en ello.
La fuerza de un líder de carne y hueso
Mandela es el líder más inspirador que nos queda. Sus cualidades de liderazgo son fantásticas: estar centrado en un firme propósito, un alto concepto de sí mismo como servidor público, optimismo, serenidad, auto eficacia, asunción de riesgos, adaptabilidad y resiliencia.
LA RELIGIÓN Y LA GUERRA
Se puede decir que en periodo final de las civilizaciones mesoamericanas todos los pueblos eran verdaderas teocracias militares, en las que la guerra estaba subordinada al fin religioso. Los guerreros y los sacerdotes permanecieron unidos al frente del gobierno y adaptaron la religión para que los grandes sectores populares adquirieran, a través de la práctica religiosa, respeto por las actividades militares y generaron con cierto fanatismo el espíritu guerrero que era aprovechado en las empresas bélicas de cada pueblo.
La guerra fue considerada una práctica religiosa, por ello resultaba de gran mérito morir en combate; por el contrario, era denigrante resultar prisionero y conservar la vida durante la guerra. A los guerreros que morían en batalla se les destinada un paraíso especial, en cambio a los prisioneros de guerra se les condenaba a la esclavitud o a morir en el sacrificio.
Fue tal la vinculación de la guerra con la religión, que en los últimos tiempos, entre los pueblos del centro de México, se practicaron las “Guerras Floridas”, éstas se concertaban de pueblo a pueblo y su propósito no era el de imponer dominación a los vencidos o someterlos al pillaje; el único propósito de estas guerras era capturar prisioneros para sacrificarlos en los templos.
Es conveniente señalar que las actividades guerreras contaron con el total respaldo de la religión y los sacerdotes, y que muchas veces los principales jefes militares eran reconocidos como sacerdotes de alta jerarquía. Los guerreros triunfadores eran objeto de especiales atenciones en los templos y en las ceremonias.
El uso de la religión en las guerras
Independientemente de que se pueda argumentar que todas las guerras tienen principalmente otras motivaciones, fundamentalmente económicas y políticas, o incluso otras motivaciones ideológicas no estrictamente religiosas, es innegable que en muchos conflictos aparece el componente religioso, y que en cualquier caso la religión es un eficaz elemento movilizador, como lo es el nacionalismo.
Edad Antigua
Los enfrentamientos entre distintos pueblos con distintas religiones han sido históricamente descritos en términos religiosos por sus propios protagonistas o por la historiografía contemporánea que querían dejar memoria histórica de los que murieron en ellas a fin de enaltecerlos, como héroes o semidioses, o directamente dioses. Así ocurrió con todas las guerras de la antigüedad, empezando por los enfrentamientos entre las ciudades sumerias o los nomos egipcios (cada uno de ellos y ellas simbolizados por una deidad).
Fin del Imperio romano y Edad Media
La cristianización del Imperio romano empezó de hecho con la batalla del Puente Milvio (312), interpretada como una guerra religiosa entre Majencio (por el paganismo) y Constantino (que se dice recibió en sueños un mensaje divino para que utilizara como arma la cruz: Hoc signum vinceras). A partir de entonces la ideología providencialista que se desarrolla con el agustinismo político durante toda le Edad Media fue particularmente eficaz. La Reconquista española o las Cruzadas son buenos ejemplos de guerras religiosas, en clara competencia con la yihad o guerra santa musulmana, independientemente de que este concepto tenga una interpretación discutida (para muchos musulmanes es más bien una lucha interior contra el pecado que una lucha contra otros hombres). El concepto de Guerra Santa específicamente se refiere a la deseada y ordenada por Dios, que conduce de inmediato al Paraíso a las almas de los que mueren en ella. Ese concepto no es único de esas interpretaciones del islam o el cristianismo, sino que se encuentra en muchas mitologías, como la nórdica-germánica (el Valhalla). La muerte en combate se considerado siempre como especialmente honrosa, y morir sin las armas en la mano como una deshonra que prefería evitarse incluso con el suicidio. Hay numerosos testimonios provenientes de la conquista romana de los pueblos de la Península Ibérica (iberos, celtíberos, cántabros, astures.... sitios de Sagunto, Numancia o el Monte Vindio), de la Galia y muchos otros.
¿Cuántos de nosotros hemos crecido escuchando hablar de la guerra en el Medio Oriente? ¿Cuántas veces hemos tratado de entenderla, al menos para poder opinar? Pero la pregunta más crucial pudiera ser: ¿Cuándo va a terminar?
A Abraham, descendiente de Sem, hijo de Noé, Dios le pidió que caminara con su pueblo, los hebreos, hasta la "tierra prometida": Canaán, cuyos habitantes, los cananeos, fueron dominados enseguida.
Abraham procreó a Isaac e Ismael. Del primero se consideran nacidos los judíos y del segundo, los árabes. A Jacob, hijo de Isaac, Dios le llamó Israel y de él nacieron 12 tribus a cuyos integrantes se les llamó israelitas, "el pueblo elegido".
La historia de José, hijo de Jacob, explica cómo los judíos llegaron a Egipto, dónde fueron esclavizados hasta que Moisés recibió la orden divina de liberarlos y regresarlos a su pueblo (el éxodo judío, las plagas de Egipto, el mar que se abrió) y en dónde formarían el reino de Israel, el cual conoció reyes como Saúl, David y el célebre Que sobre la base de las pruebas arqueológicas, no hay suficientes indicios de supremacía alguna del pueblo israelita. Aunque la
‘arqueología bíblica' se empeña en demostrar lo contrario, no pocos científicos e historiadores aseguran que el hebreo fue un pueblo sencillo que, como otros, vivió en los territorios que hoy día conforman a Israel, Palestina y parte de Siria, Líbano y Jordania, área conocida como el ‘creciente fértil'.

No hay pruebas científicas de la existencia de Abraham, del éxodo judío, del reino de Israel, donde David y Salón, quizás fueron más bien caudillos y no reyes.
Investigaciones confirman que la ‘tierra prometida' fue más bien un área asediada, durante milenios, por su productividad y estratégica ubicación. La causa religiosa también movió la conquista de estas tierras por parte de pueblos, a los que se puede ya considerar árabes, por propagar el Islam.
La última dominación imperial de las tierras que hoy son Palestina e Israel, fue la turco otomana. Duró 400 años hasta 1917 cuando se establece el control británico, el cual no pudo manejar
el enfrentamiento de judíos y árabes reclamando el control de una tierra que los parió a ambos porque, explica la ciencia, ambos poseen la misma raíz genética.
Comienza El Conflicto
Argumentando el holocausto de la II Guerra Mundial, los británicos someten a la Liga de Naciones, hoy la ONU, la decisión sobre Palestina, Judíos, Israel y árabes. http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_religi%C3%B3n
En 1947 el organismo aprueba un plan de partición del territorio que, en aquel momento, estaba habitado prácticamente en su totalidad, por árabes, mayoritariamente musulmanes.
En 1948 se crea oficialmente el Estado de Israel, dentro del territorio palestino, cuyos habitantes rechazan la presencia judía y consideran arbitrario el establecimiento de las fronteras físicas.
Lo bíblico y los histórico se juntaban pero no pacíficamente. Por un lado, los judíos reclaman recordando que son el pueblo elegido de Dios y Palestina es su tierra prometida: el ‘Eretz Israel'. Los árabes musulmanes, por el contrario, sostienen que Palestina les ha pertenecido desde épocas inmemoriales y que los judíos, además de invadirla y someter a sus ancestros, como los cananeos, no son los elegidos de Dios. Son ellos los herederos de la promesa divina que Dios hizo a Ismael, no a Isaac.
¿Hay más detrás de este enfrentamiento?
Así parece ser. La historia de la humanidad es prolija en ejemplos de invasiones, dominaciones y guerras promovidas, generalmente, por naciones cuya supremacía económica buscan consolidar e incluso, extender. En el caso que nos compete, ya hacia el siglo XIX, se descubría el poder petrolero de los países árabes. Por otra parte, Palestina se ubica en la línea de las rutas que, para aquel entonces, aseguraban el control comercial del área.
Inglaterra, aseguran historiadores, conciente de esto, promovió el enfrentamiento entre ambos bandos. No obstante, abandonó luego el juego, dejando el fuego encendido.
Por aquellas postrimerías del siglo XIX, nacía también el Sionismo, y los israelíes bajo este movimiento marcarían la pauta en el enfrentamiento porque, sostienen los estudiosos, ellos poseen gran poder económico y están vinculados al alto poder
político de los países donde
se encuentran.
Documentos bibliográficos y digitales detallan cómo los judíos han avanzado poblacional y políticamente desde 1948, sobre los palestinos, quienes no han dejado de reaccionar. Al menos cuatro guerras se cuentan entre ambos grupos desde la mencionada fecha, sin incluir numerosos ataques de Israel al Líbano.
El argumento del gobierno israelí es su defensa de grupos a los que califica como terroristas, como el palestino Hamás y el libanés Hezbollá o Hizbulá, los cuales son radicales islámicos responsables de atentados antisemitas en su afán por destruir el estado de Israel y la propagación del Islam.
Ambos movimientos están integrados socio políticamente a sus respectivos países, haciéndose del apoyo popular, el cual favorece su conducta porque consideran que defiende la dignidad Palestina y árabe.
Dios, ¿Hacia Dónde Vamos?
¿Hasta cuándo seguiremos aceptando que este mundo ‘enamorado de la muerte' es, al menos por ahora, nuestro único mundo posible?, se pregunta el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano. Esa frase nos pone a reflexionar y si le sumamos la afirmación de Albert Einstein: "El hombre tiene dentro de sí un apetito de odio y de destrucción. Un deseo de odiar y aniquilar".
Nos preguntamos entonces: ¿Qué significa eso? ¿Que los seres humanos somos violentos por naturaleza? ¿Que preferimos el lenguaje de la violencia?, ¿Que el poder es la más grande ambición humana y la guerra es su estrategia?
















NOVENO
Espiritualidad es la condición y naturaleza de espiritual. Este adjetivo (espiritual) refiere a lo perteneciente o relativo al espíritu. La noción de espíritu, por su parte, está vinculada a una entidad no corpórea, al alma racional, a la virtud que alienta al cuerpo para obrar o al don sobrenatural que Dios concede a ciertas criaturas.
Por ejemplo: “La espiritualidad es algo muy importante en mi vida”, “La vida moderna suele descuidar la espiritualidad, pero debemos recordar que no podemos vivir sólo pensando en las necesidades físicas y materiales”, “No conocí a otra persona de espiritualidad tan rica como la Madre Mabel”.
El concepto de espiritualidad, por lo tanto, puede referirse al vínculo entre el ser humano y Dios o una divinidad. La religión suele ser el nexo que permite desarrollar esta relación. Puede decirse que los sacerdotes, los pastores y diversos gurúes, por lo tanto, hablan de espiritualidad cuando tratan asuntos religiosos.
No hace falta, de todas formas, adherir a una religión determinada o seguir a una institución religiosa (como la Iglesia católica) para desarrollar la espiritualidad. El vínculo entre el hombre y Dios puede ser personal e íntimo, sin manifestaciones exteriores ni rituales: “No creo en un Dios único y Todopoderoso, sino que baso mi espiritualidad en el convencimiento sobre la existencia de energías de otras dimensiones que influyen en la Tierra”.
Cuando hablamos de espiritualidad lógicamente hacemos alusión al espíritu. Y es que nos hemos acostumbrado a contraponerlo a la materia. Seguramente por influencia platónica, esta división tan grande y drástica ha marcado la visión del hombre durante muchos siglos. Esto ha hecho, en muchas ocasiones, que se separara todo aquello que parecía pertenecer al mundo de lo “espiritual” de lo que casi se despreciaba como el mundo de “lo material”.
Cuando decimos que alguien tiene un “espíritu artista”, o tiene un “espíritu ahorrador” o bien que tiene un “espíritu comercial” todos lo entendemos muy bien. Del mismo modo podemos hablar de tener “espíritu cristiano” que no es otro sino el “el Espíritu de Jesús”. Y ésa es la auténtica espiritualidad cristiana. No hay otra. Pero aún así, podemos hablar de una espiritualidad cristiana actual, o de una determinada época. Quiere eso decir que, siendo el mismo Espíritu el que mueve, hay unos “signos de los tiempos”, que pueden hacer que es espíritu de Jesús muestre distintos matices en unas u otras épocas.
No cabe duda de que en este momento hay una sensibilidad especial para todo lo que se oponga al desequilibrio de clases que se va manifestando cada día con más hiriente realidad, creando distancias cada vez mayores entre Norte, Sur, entre ricos y pobres. Esto engendra, entre otras cosas, un movimiento de solidaridad que contrasta con el egoísmo consumista que, por otra parte, nos domina a todos.
Pocas épocas han vivido una tensión emocional y espiritual tan intensa como el Siglo de Oro. La contrarreforma, reacción de la Iglesia Católica contra la reforma protestante, cobró en España caracteres singulares. A las directrices del Concilio de Trento se sumaba la acción de la Inquisición. La espiritualidad y el sentimiento religioso alcanzaron durante estos siglos una extraordinaria complejidad y riqueza.
Encontramos una sorprendente amalgama de modos de sentir la piedad que en ocasiones son francamente contradictorios. Desde el espíritu militante de la Compañía de Jesús, que adopta unas formas de expresión combativas, fiel reflejo de la contrarreforma, al intimismo místico, búsqueda personal e individualizada de una unión trascendente con Dios. Asimismo cobraron gran auge en aquella época los comportamientos extremos o desviados.
En los escándalos a que daban lugar estos modos de proceder se aludía con frecuencia a la complicidad del diablo, lo que nos lleva a otra constante en la religiosidad del Siglo de Oro, la obsesión por el diablo; aunque no fue, ni mucho menos, algo exclusivo de la espiritualidad española, sino que estuvo extraordinariamente extendida por toda Europa.
En estrecha relación con el diablo están los innumerables casos de brujería y posesión diabólica, que daban lugar en el primer caso a persecuciones implacables que terminaban en multitudinarios Autos de Fe, donde se juzgaba y ejecutaba a los culpables de prácticas brujeriles, y en el segundo caso, a la actuación de exorcistas para expulsar a los demonios de aquellas personas de las que se habían poseído. El propio rey Carlos II fue objeto de exorcismos, pues se llegó a considerar que las enfermedades que padecía y sus dificultades para engendrar un heredero se debían a un fenómeno de posesión diabólica.
Hoy sería posible valorar lo que fue la espiritualidad española en el Siglo de Oro a través de la obra de sus pintores y escultores, ya que sirvió de soporte a las
directrices marcadas por la Iglesia Católica en el terreno de las prácticas religiosas. Se buscó, frente al intimismo protestante, una religión colectiva y volcada hacia el exterior, siendo el objetivo básico proyectar fuera de los templos las vivencias religiosas e incluso llegar a establecer una relación entre lo religioso y los quehaceres y realidades de cada día.
En este terreno, Ribera, el gran artista valenciano, pintó una larga serie de imágenes de santos que, captados en el momento más doloroso de su martirio, resultaron ser magníficos objetos de la devoción popular.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgta7U659fm8hA6iRvzhSLSACWEaCFxGpqTjEVJMuMRz6um9f8QGDbZc3zFOP23pZ8Ut_Gp5FxlJ9-WSd0y3gBvxCOr03F7Nz6tLmJqLRoT3I7P_wkQ9_BtmFxRNRs0yH1mq4pukM3dpcYA/s400/ribera2.jpgRibera Por su parte, los pinceles de Zurbarán reflejaron de forma insuperable otra de las más importantes realidades religiosas: el misticismo y la proliferación de las órdenes regulares, tan abundantes que en el siglo XVII se pusieron numerosos obstáculos a la fundación de nuevos conventos.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1uTF-19NuMVvlc2jWqihvEgKytNG_gmy6-7ogMuwpN2tU_s0U9D3qqbq35-GMgewgBnWI3YEed2Dd4P-7g9Ek_hDQwZRDowz3J3j7HKBPSaV2_mKFO6zS8mCIntV-H6ZEQ-pd7ZLSwF1C/s400/zurbaran_francis2.jpgZurbarán Otro de los grandes temas pictóricos fue la Inmaculada Concepción, cuya defensa llegó entonces hasta el punto de convertirse en una cuestión nacional; en España la Concepción Inmaculada de María fue asumida como dogma de fe antes de ser declarada como tal por la Iglesia. La imagen de la Inmaculada se convirtió en tema obligado para pintores y escultores, y Murillo simbolizó como nadie estos sentimientos de devota piedad.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiH112VaXMqP9DNDFPoL9za_182Hsx3dZBRmLOt9BqZ7ywITFCH8CqTXrqSg30PoGlhKClGfZ7h6UE8IGaqgQWMmWKi8IBO9zw20O7UssmCc9FSGDVEKDYt79LLvm-E-kcSJNxTTMaJALp/s400/MURILLO.jpgMurillo Las procesiones como manifestación de sentimientos religiosos y de fervor popular que, además, estaban apoyadas por la jerarquía eclesiástica recibieron un notable impulso, cobrando en el tránsito del siglo XVI al XVII un inusitado vigor. Constituían un espectáculo a cielo abierto en el que participaba casi la totalidad de la población y cuyo centro era una imagen, por lo general escultórica, que se sacaba en procesión.
A la escultura española del barroco se le suele dar el nombre de imaginería por su abundante producción de imágenes religiosas. Desde un punto de vista material se trata de tallas en madera policromada cuya fuerza expresiva era muy grande.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3sj4loRYyMyup_RpFOnq9Mx5AjdDbln1YPUU7R9kCDyyaK9gKn1Iosm1yYlLj9-DuYDNtpnYAhz0P1bIbfU0aIoGu0IPMXYSNGhRrbgN5D2wPf3bmm0LXPSFs48yg7e7TpXqoCY7_eWG2/s400/Clemencia.jpgImaginería barroca La muerte resultó extremadamente familiar a los españoles del Siglo de Oro. La Iglesia luchó por todos los medios contra determinados excesos vitalistas, defendiendo que la vida era unvalle de lágrimas y en todo caso una preparación para el más allá al que todos debían llegar en las mejores condiciones. También la muerte, como los santos, los frailes o la Inmaculada, tuvo su pintor: es el sevillano Valdés Leal, quien vivió, siendo joven, la terrible mortandad que la peste causó en su ciudad y esta experiencia debió de marcarle de forma indeleble. Sus cuadros son una crítica demoledora a las vanidades terrenales.
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TOLERANCIA E INTOLERANCIA RELIGIOSA
Cuando se habla de la relación entre las diferentes religiones, se suele plantear la idea de que debe estar basada en a «tolerancia». Pero este es un concepto que presenta problemas. Lo deseable es hablar de «igualdad».
Derecho a la libertad religiosa
A lo largo de la historia han existido religiones mayoritarias y poderosas que, dependiendo del momento, han tolerado la existencia de otras religiones minoritarias. Pero cuando estos momentos de tolerancia desaparecían, los seguidores de las religiones minoritarias eran perseguidos, expulsados u obligados a abandonar su religión. Entonces llegaban períodos de intolerancia religiosa en los que la religión mayoritaria imponía sus creencias a las demás.
El caso de las cruzadas o de ¡as persecuciones religiosas ilustra los efectos negativos de la intolerancia. Pero la tolerancia nace también de la desigualdad, en la que una religión mayoritaria y con poder tolera a otra que considera inferior.
En el mundo actual la relación entre las religiones debe estar basada en la igualdad ante la ley y en el respeto a la diversidad de culto y opciones ideológicas. No se trata, pues, de tolerancia, sino de la necesaria aceptación del derecho a creer algo distinto.
El diálogo interreligioso
En este contexto de igualdad entre las religiones que propician las leyes en la mayoría de los países actuales, las relaciones entre las diferentes religiones han ido cambiando. En general se ha renunciado al conflicto y se ha optado por el diálogo como medio para superar las diferencias y buscar puntos de vista comunes.
Entre los cristianos ese diálogo se denomina ecumenismo y se basa en la valoración de la riqueza de la diversidad, frente a las desastrosas consecuencias que tuvieron los intentos de imponer la unidad, entre otros, las llamadas guerras de religión que durante siglos tuvieron lugar en Europa entre católicos y protestantes, así como otras muchas persecuciones.
La Declaración Universal de Derechos Humanos
El 10 de diciembre de 1948, las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de Derechos Humanos en la que se reconocía una serie de derechos a todos los seres humanos, entre los que se encuentra la libertad religiosa.
Las constituciones de los países que pertenecen a la ONU deben proteger estos derechos, y los gobiernos, las instituciones y los particulares deben respetarlos.
Artículo 2
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Cuando el diálogo se extiende a otras religiones se denomina diálogo interreligioso, y ha tenido muchos foros donde los representantes de los diferentes credos se han reunido para discutir problemas y llegar a acuerdos. Gracias a iniciativas como estas, la gran mayoría de las religiones ha asumido que la diversidad religiosa es fundamental en las sociedades actuales.
Los representantes de los diferentes cultos han entendido que ninguna creencia llegará a convertirse en la única religión del planeta, por lo que el diálogo se hace necesario para encontrar los elementos de unión y profundizar en ellos, en lugar de potenciar las diferencias y los enfrentamientos, como ocurrió en el pasado.
Parlamento de las Religiones del Mundo
Parlamento de las Religiones Barcelona 2004
En septiembre de 1893, en Chicago, tuvo lugar la primera reunión del Parlamento de las Religiones del Mundo. En la sesión de clausura, el sabio hinduista Vivekananda puso de manifiesto los puntos de vista que presiden estas reuniones, basados en la fructífera e igualitaria puesta en común de ideas para mejorar el mundo:
«Si algo ha podido enseñar el Parlamento de las Religiones es que lo santidad, la pureza y la caridad no son posesiones exclusivas de ninguna religión...... si alguien sueña con que su religión será la única que sobrevivo y que las demás serán destruidas, le compadezco desde lo más hondo de mi corazón y le digo que en la bandera de toda religión hay que escribir a partir de ahora “ayuda y no

lucha”, “asimilación y no destrucción”, “armonía y paz, y no enfrentamiento”.»
Entonces parecía que se inauguraba una nueva época de paz, concordia, apertura y aceptación de las diferencias religiosas y culturales a nivel global. Pero tras 1893, el mundo se desgarró sufriendo terribles conflictos durante un siglo: el colonialismo, las guerras mundiales, el choque entre países comunistas y capitalistas.
Una vez terminada la guerra fría, ya en 1993, también en Chicago, se celebró una segunda reunión del Parlamento de las Religiones del Mundo en la que se enfatizó en la búsqueda de un modelo ético para el mundo actual, que alejase la violencia, la pobreza, los conflictos y se basase en la solidaridad entre todos los seres humanos. El documento, que emanó de dicha reunión, denominado Principios de una ético mundial, señala elementos éticos fundamentales, asumibles actualmente por todas las religiones: la no-violencia, el respeto a toda vida, la solidaridad, un orden económico justo, la tolerancia, un estilo de vida honrado y veraz, y la igualdad y camaradería entre hombre y mujer. Los líderes religiosos plantean en el texto la necesidad de dirigirse a todos los hombres y mujeres, religiosos o no, para caminar unidos frente a un panorama que hace cada vez más necesario olvidar las diferencias y trabajar juntos.
«Cientos de millones de personas, cada día más, padecen en nuestra planeta el desempleo, la destrucción de las familias, la pobreza y el hambre. La esperanza de una paz duradera entre los pueblos se desvanece progresivamente. Las tensiones entre los sexos y las generaciones han alcanzado dimensiones inquietantes. Los niños mueren, asesinan y son asesinados. Cada vez se ven más Estados sacudidos por casos de corrupción política y económica. La convivencia pacífica en nuestros ciudades se hace más y más difícil por los conflictos sociales, raciales y étnicos, por el abuso de la drogo, por el crimen organizado incluso par la anarquía. Hasta los vecinos viven a menudo angustiados. Nuestro planeta sigue siendo saqueado sin miramientos. Nos amenaza la quiebra de los ecosistemas.»
En 1999 se organizó la tercera reunión en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y la cuarta, en julio de 2004 en Barcelona. Fue la primera vez que se celebraba fuera del ámbito de habla inglesa y propuso un lema muy significativo: «Senderos de paz: el arte de saber escuchar, el poder del compromiso».
TOLERANCIA E INTOLERANCIA RELIGIOSA  EN LAS CARTAS DE JERÓNIMO
Un análisis de las cartas de Jerónimo sirve para hallar abundante material sobre la tolerancia y la intolerancia religiosa de uno de los principales escritores cristianos de la tardo antigüedad.
Especialmente interesantes son sus posturas contra el arrianismo, el apolinarismo, contra Orígenes y contra Pelagio. Frente a esta postura, sorprende la tolerancia ante las vidas nada evangélicas de algunos obispos y la omisión de datos respecto a la opinión de Jerónimo frente al paganismo.
En las cartas de Jerónimo, que tan bien describen la sociedad contemporánea, se encuentra abundante material sobre la tolerancia e intolerancia religiosa, de uno de los principales escritores cristianos de finales de la Antigüedad, que ha influido poderosamente en el cristianismo occidental hasta el día de hoy.Ejemplo
TOLERANCIA E INTOLERANCIA RELIGIOSA ANTE LAS HEREJÍAS
Jerónimo fue totalmente intolerante ante las herejías. El criterio seguido por Jerónimo en la lectura de las obras de los escritores eclesiásticos cristianos herejes lo expone Agustín en carta a Jerónimo, datada en el 398 o 399 (67.9), en la que recomienda al monje de Belén que le indique los puntos en los que han de leerse las obras de los herejes con cautela. El criterio de Jerónimo y de Agustín, en el caso concreto de Orígenes, era aprobar y alabar lo verdadero y recto que se encuentra en los escritos eclesiásticos, al igual que en cualquier otro escritor, y reprobar y tachar lo falso y torcido. Jerónimo había omitido los nombres de algunos herejes y le pregunta Agustín que criterio ha seguido. Jerónimo no ha añadido al nombrar a los herejes, los puntos en que los condena la autoridad católica. Este criterio de intolerancia religiosa es perfectamente aceptable. Jerónimo aceptó los juicios que sobre los herejes dieron Teófi lo, patriarca de Alejandría, en carta a los obispos de Egipto, y en la carta de Epifanio de Salamina, dirigida a Juan de Jerusalén, ambas incorporadas al epistolario de Jerónimo.
Todas las herejías califica de tortuosas la carta del patriarca de Alejandría Teófilo, fechada en el año 400 (88). Se afirma en ella que los herejes defienden con más tenacidad sus ideas, que los ortodoxos las suyas. Todas suponen un doble mal: malicia e ignorancia, y prefieren el mal al bien, como escribe Teófilo a los obispos de Egipto en el 402 (98.19), teoría que Jerónimo aceptó, sin duda, al igual que aquella en la que no pueden recibir los misterios de las Escrituras, que contradicen los dogmas divinos de la Iglesia (98.3). También, admitió el pensamiento de Epifanio de Chipre en carta a Juan de Jerusalén, datada en el 394, de que los herejes citan las Sagradas Escrituras, pero deforman su sentido (51.4), y concretamente menciona el mayor escritor especialista en herejías, a los maniqueos y gnósticos, a los elionitas, a los seguidores
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CLEI 5   RELIGION
Deísmo
Ngc1316 hst.jpgEl deísmo es una postura filosófica que acepta la existencia y la naturaleza de Dios a través de la razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los elementos comunes de las religiones teístas como la revelación directa, la fe o la tradición. La mención de Dios en este artículo se refiere más a un Creador u Organizador (demiurgo) que al Dios Abrahámico. En palabras más sencillas: un deísta es aquel que se inclina a creer en la existencia de Dios, pero no practica ninguna religión. Así, uno de los principales postulados de esta doctrina está basado en la creencia de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado que incluye a la evolución teísta). Este postulado se relaciona y origina con una filosofía y movimiento religioso que deriva la existencia y naturaleza de Dios por la razón. Por ello no toma posición sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con el fideísmo que se encuentra en muchas enseñanzas del cristianismo,[1] islamismo y judaísmo, que sostiene que la religión depende tanto de la revelación de las sagradas escrituras o del testimonio de otra gente.
Los deístas típicamente también tienden a rechazar los eventos sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y a afirmar que Dios no interfiere en la vida de los humanos y las leyes del universo. Por ello, a menudo utilizan la analogía de Dios como un relojero. Lo que para las religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como fuentes autorizadas. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino la habilidad de razonar.
El deísmo cobró notoriedad en los siglos XVII y XVIII durante la Ilustración, especialmente en el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos, principalmente entre aquellas personas educadas como cristianas que vieron que no podían creer ni en la Trinidad divina, la divinidad de Jesús, los milagros ni en la infalibilidad de la Biblia; pero que sí creían en un solo dios. Inicialmente, no formaron ninguna congregación, pero con el tiempo el deísmo también ha llevado al desarrollo de otros grupos religiosos, tales como el Unitarismo que se convirtió más tarde en el Unitarismo universalista. Continúa hasta la actualidad en la forma de deísmo clásico y deísmo moderno.


Ateísmo
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/dd/ScarletLetter.svg/140px-ScarletLetter.svg.png'A' escarlata, símbolo del movimiento ateo OUT Campaign de Richard Dawkins.
El ateísmo es, en un sentido amplio, la no creencia en deidades u otros seres sobrenaturales. En un sentido más estricto, el ateísmo es la posición que sostiene la inexistencia de deidades. Algunos la definen como una doctrina o posición que rechaza el teísmo, que en su forma más general es la creencia en la existencia de, al menos, una deidad.
En un sentido amplio podría incluirse dentro de la definición de ateísmo, tanto las personas ateas, quienes explicitan la no existencia de dioses, como aquellas que, sin creer en su existencia, no tienen evidencia ni convicción para su refutación. En un sentido estricto se excluyen a estos últimos, denominados agnósticos, de la definición de ateos. Los agnósticos rechazan reconocerse como ateos o ateístas ya que consideran inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia o simplemente irrelevante.[1]
El término ateísmo incluye a aquellas personas que declaran no creer en ningún dios ni fuerza ni espíritu divino. Según el historiador Francisco Díez de Velasco, ser ateo o negar la existencia de un dios o dioses no implica necesariamente no pertenecer a ninguna religión; existen religiones, como el budismo que niegan la existencia de dios[2] o no mencionan la existencia de dios alguno y que, por consiguiente, son ateas o más correctamente no teístas.

Etimológicamente el término proviene del adjetivo griego αθεος (atheós) , que significa ‘sin dios’ (en cualquiera de los dos sentidos, de no creer en uno o más dioses o de no venerarlos); siendo a la partícula negativa ‘no’ o ‘sin’; y theós: ‘dios’ (literalmente Zeus). Esta letra theta (θ Θ) griega se pronunciaba como la zeta de los españoles; justamente, en el alfabeto fonético la zeta española se representa con esa letra θ. En cambio, la dseda griega (ζ Ζ) se pronuncia como una mezcla de D con Z



Escepticismo
En general el escepticismo es la denominación que recibe la actitud de cuestionar o poner en duda algunas afirmaciones que, bajo algunos contextos, se dan por sentadas.
"El escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los fenómenos posibles y los noúmenos; y de ahí llegamos, por el equilibrio de las cosas y de las razones opuestas (isostenia), primero a la suspensión del juicio (epojé) y después a la indiferencias (ataraxia)."
El escepticismo toma una actitud contraria al dogmatismo. Esta corriente tiene una posición que el sujeto no puede aprehender al objeto.
"El sujeto cognoscente depende de una serie de factores que le impiden llegar al objeto."
Para comprender el escepticismo es necesario saber que: "El escepticismo como doctrina filosófica tiene dos aspectos: Uno teórico y otro práctico.
Desde el punto de vista teórico, el escepticismo es una doctrina del conocimiento según la cual no hay ningún saber firme, ni puede encontrarse nunca ninguna opinión absolutamente segura. Desde el punto de vista práctico, el escepticismo es una actitud que encuentra en la negativa a adherirse a ninguna opinión determinada en la suspensión del juicio (epojé), la salvación del individuo, la paz interior."
El escepticismo no pone en duda el fenómeno, sino lo que se dice de él, y esto es diferente del fenómeno mismo.
Origen del escepticismo
El escepticismo empezó propiamente en el siglo III a.C. con Pirrón de Elis y los pirronáicos que fueron llamados escépticos. Pirrón fue influido durante su expedición militar por la silenciosa sabiduría de los orientales.
Sentido y fases del escepticismo griego
El escepticismo griego tiene cuatro etapas bien definidas, aunque propiamente no guardan relación entre sí:
  1. El escepticismo, en cuanto actitud negativa ante la validez del conocimiento científico aparece con Pirrón. Su actitud y sentido es moral, al estilo de las escuelas socráticas menores en cuyo marco se encuadra el pensamiento.
  2. La segunda fase del escepticismo se desarrolla en la Academia Platónica en lucha contra el dogmatismo de los estoicos.
  3. El escepticismo reaparece en forma más aguda a finales del siglo I a.C, con Enesidemo y Agripa.
  4. La última fase del escepticismo es representada por Sexto Empírico, médico que perteneció a la escuela empírica del siglo II d.C., quien se proponía destruir toda clase de dogmatismo especulativo, adoptando una actitud práctica empirista ante la realidad.

Escepticismo religioso
El escepticismo religioso es un tipo de escepticismo relativo a la religión que no debe confundirse con ateísmo.
Los escépticos cuestionan la autoridad religiosa y desconfían o dudan de la verdad o eficacia de alguna o varias prácticas religiosas. Muchos son teístas, creen en dios, pero rechazan la religión organizada.
Laicismo
Laicismo es la corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o política de gobierno que defiende, favorece o impone la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas. Su ejemplo más representativo es el "Estado laico" o "no confesional". El término "laico" (del griego λαϊκός, laikós - "alguien del pueblo", de la raíz λαός, laós - "pueblo") aparece primeramente en un contexto cristiano.
El concepto de "Estado laico", opuesto al de "Estado confesional", surgió históricamente de la Separación Iglesia-Estado que tuvo lugar en Francia a finales del siglo XIX, aunque la separación entre las instituciones del estado y las iglesias u organizaciones religiosas se ha producido, en mayor o menor medida, en otros momentos y lugares, normalmente vinculada a la Ilustración y a la Revolución liberal.
Los laicistas consideran que su postura garantiza la libertad de conciencia además de la no imposición de las normas y valores morales particulares de ninguna religión o de la irreligión. El laicismo es distinto del anticlericalismo en cuanto no condena la existencia de dichos valores religiosos.


¿Ciencia vs. Religión?
 Es frecuente pensar que la ciencia es, de alguna manera, “enemiga” de la religión.

Un ejemplo son los debates sobre la evolución que se han dado en Kansas y otros estados de la Unión Americana. Quienes exigen que junto con la teoría darwiniana se enseñen concepciones religiosas, como el creacionismo o el llamado “diseño inteligente”, esgrimen el argumento de que no se debería excluir a la religión del salón de clases.

Quizá tengan razón. Sin embargo, tampoco hay motivo para permitir que la religión entre en la clase de ciencias, ni forme parte de un sistema de enseñanza si las leyes lo definen como laico (según el diccionario, “independiente de cualquier organización o confesión religiosa”).

Esto no quiere decir que la ciencia se oponga a la enseñanza religiosa. Simplemente, intenta evitar que el pensamiento religioso se confunda con el científico. Se vuelve interesante, entonces, examinar las causas por las que vale la pena mantener clara esta distinción:

Mientras que la religión se basa en conocimiento revelado, recibido directamente de la divinidad, por medios que no pueden expresarse a través de la razón (el creyente sabe que sabe, aunque no sepa cómo lo sabe), la ciencia produce conocimiento sobre la naturaleza, y para ello se basa en la observación, la experimentación, la discusión y el razonamiento lógico (el científico cree saber, aunque sí sabe por qué cree lo que cree).

Aunque las religiones pueden cambiar, su naturaleza revelada les impide evolucionar, en el sentido en que sí lo hace la ciencia: encontrando explicaciones nuevas y mejores que continuamente sustituyen a las antiguas. Los dogmas religiosos, en cambio, son verdades eternas que no pueden ser refutadas.

Mientras que la religión se basa en la fe (creer en algo sin necesidad de pruebas), en ciencia el escepticismo es un valor central: para aceptar algo, se requieren necesariamente pruebas convincentes. Por ello una educación científica, que fomenta el escepticismo, puede chocar con la formación religiosa, que valora y promueve la fe.

Finalmente, mientras que la ciencia se limita a estudiar el mundo natural, la religión abarca no sólo el mundo físico, sino también el de lo espiritual. Para fines científicos, no hay razón para suponer que exista nada más allá del mundo físico; la ciencia es, por necesidad, naturalista, y de entrada desecha cualquier suposición que involucre fenómenos sobre-naturales.

En realidad, ciencia y religión no son enemigas, aunque sí son distintas y quizá, en gran medida, incompatibles. Lo cual no quiere decir que una busque eliminar a la otra. Después de todo, tampoco el arte ni el amor son, afortunadamente, explicables desde un punto de vista racional y científico.



LA FE VERSUS LA RAZÓN
El escritor Albert Camus dijo: <<en las profundidades del invierno aprendí que dentro de mí hay un invencible verano. Él águila nos enseña una gran lección para nuestra vida de fe. Contrario a muchas aves él águila no emigra. Él águila permanece siempre en su lugar, él águila es un ave muy estable, muy arraigada al hogar que ha edificado, y ni el fuerte frío ni el calor la hace dejar su nido.
Esta determinación del águila de permanecer en su nido durante el invierno, manifiesta otra cualidad indispensable para vivir en las alturas. Él águila muestra una firme decisión de atravesar la temporada de frío y no escoger lo fácil o el escape. A esta actitud podemos llamarla fe.
La fe es una habilidad sobrenatural que hace posible que creamos lo imposible y nos mantengamos firmes hasta el final.
La razón, es una fuerte voluntad y resolución humana por lograr las metas.
La razón funciona por lo que tú ves. En la forma que nace Ismael es evidente que fue el hijo de la razón, es evidente Abraham en esta etapa de su vida todavía podía engendrar y Agar no era estéril. El único problema que había era que este no era el plan de DIOS, este era el plan de Sara.
La fe funciona por promesa. La promesa se cumple cuando ya no existen posibilidades humanas para lograr algo. DIOS esperó a que Abraham tuviera 99 años y Sara además de ser estéril perdiera la costumbre de las mujeres para cumplir lo que le había prometido.
Este parece ser el principio de operación de la fe. Cuando las posibilidades son nulas DIOS interviene sobrenaturalmente para cumplir lo que ha prometido.
La razón se caracteriza por lograr algo. La razón siempre está buscando algo para sentirse realizada: un proyecto, un evento, una actividad. La razón siempre juzgará la vida por lo que está pasando. La razón no soporta los tiempos de quietud, siempre necesita ver que algo está sucediendo para sentirse bien.
La fe se caracteriza por el descanso. La fe no necesita ver para creer que DIOS está haciendo su obra. Muchas veces cuando más quietud hay, posiblemente sea cuando DIOS más esta actuando en nuestras vidas. La verdadera fe produce descanso, porque es la certeza de que lo que DIOS prometió también lo cumplirá.
La razón es limitadora. Pero la fe es libertadora. La razón es esclava de los cinco sentidos naturales. Una persona gobernada sólo por lo natural será víctima de las limitaciones que esta vida produce. CRISTO luchó fuertemente por sacar a sus discípulos de la razón y confrontarlos con la fe. Los planes que DIOS tiene para tu vida requieren más fe y menos razonamiento. Cuando tú sumas y comparas lo que tienes con lo que
DIOS te ha dicho, te vas ha dar cuenta que nunca tienes lo suficiente. Es en esos momentos que la fe se eleva a otra dimensión. La fe sabe que su provisión no es natural, sino sobrenatural.

















CLEI 6   RELIGION
RUPTURA DEL DUALISMO ENTRE LO ESPIRITUAL Y LO RELIGIOSO
Nuestro lenguaje es, en última instancia, el vehículo de nosotros mismos; en él se contiene y comunica mucho más que el mero significado de las palabras. Es decir, en él se contiene y comunica todo un universo de sentido, la percepción que tenemos del mundo y de nuestro lugar en él. En el lenguaje estamos abriendo las puertas y ventanas de nuestro mundo interior: del "mundo" que nos habita, y de nuestro modo de habitar el mundo.
De este modo, en relación a la espiritualidad, es particularmente significativo el lenguaje que utilicemos como revelador del fondo de la experiencia que intentamos comunicar.
Lenguaje Dicotómico: Material - espiritual
Para muchas personas, incluso cristianos, el término "espiritualidad" hace referencia a una distinción y oposición con "lo material", con "las cosas terrenas", con "lo práctico y lo concreto"; mientras que "lo espiritual" pertenece "al otro mundo", a "lo abstracto e ideal". Dentro de este lenguaje dicotómico es habitual que "lo material" se considere como algo poco noble, "bajo" y aun despreciable.
El paso siguiente de esta lógica que, a partir de la dicotomía inicial ha colocado a "lo espiritual" en el más alto (e inalcanzable) peldaño, es una llamada a ser "realista", pues "desgraciadamente, hay que vivir en 'este' mundo". El "realismo" no es otra cosa que la llamada a someterse a la lógica de "lo material"; sometimiento que, habitualmente, es vivido con diversos grados de culpabilidad. Pero... "¿qué se le va a hacer? Hay que ser realistas".
Muchas personas que viven según esta lógica, es decir, sometidos inevitablemente a la poco noble condición de "lo material", en el deseo de poder exorcizar la culpa anhelan tener tiempos y espacios para dedicarse a "lo espiritual", el cual es casi automáticamente identificado con "lo que me saca de 'este' mundo"; dedicaciones "espirituales" que son un breve paréntesis para volver al realismo de "lo material" con la culpabilidad relativamente redimida. Y así, de paréntesis en paréntesis...
Estamos aquí ante una estructura típicamente dualista, que separa lo que Dios ha unido en la persona humana y hace de la ruptura entre fe y vida uno de los dramas de nuestro tiempo.
Una antropología dualista opone las dimensiones diferenciadas (espiritual-material, individual-social) de la unidad de la persona humana. En el ámbito de la espiritualidad, en el dualismo subyace una interpretación ontológica de la antítesis paulina de carne y espíritu; interpretación ontológica que rompe la unidad fundamental de la persona, oponiendo las dimensiones diferenciadas y mutuamente dependientes de esa realidad
La estructura del Hecho Religioso
Lo Sagrado como Orden y Ámbito de realidad
Sagrado significa el ámbito (marco, trasfondo, plataforma) en el que se inscriben todos los elementos que componen el hecho religioso. Lo sagrado significa el orden de realidad en el que se inscriben aquellos elementos: Dios, hombre, actos, objetos que constituyen las múltiples manifestaciones del hecho religioso. Ninguno de los elementos del hecho religioso, incluso Dios, sería religioso sin referencia a ese orden de realidad
La religión no ha de comprenderse como "ordo ad Deum" (orden a Dios), sino como "ordo ad sanctum", relación con lo sagrado (N. Söderblom).
Lo sagrado como orden de realidad se manifiesta en aspectos subjetivos (disposiciones, intenciones, actitudes y actos concretos) y objetivos (realidades naturales, instituciones, obras humanas), pero el carácter totalizador que posee el ámbito de realidad hace que en ningún caso se confunda con los elementos subjetivos que suscita ni con los elementos objetivos en que se expresa. Lo sagrado se hace presente en realidades objetivas, pero ninguna de estas es lo sagrado o se confunde con ello.
Características generales de este orden de realidad
1.              Ruptura de nivel. Ruptura de nivel en relación con la vida "ordinaria". El hombre religioso se comporta de forma diferente al resto de hombres o a si mismo cuando no era religioso. "La división del mundo en dos dominios, que comprende el uno todo lo que es sagrado y el otro todo lo que es profano, es el rasgo distintivo del pensamiento religioso" (Durkheim). La vida ordinaria con la que rompe la aparición de lo sagrado es la vida del hombre como ser intramundano, es la vida realizada en la historia. La ruptura de nivel operada por la aparición de lo sagrado pone en contacto con un supra y con un prius, es decir, con un orden de realidades superiores en el haber y en el ser en relación con el hombre. Este orden es trascendente y afecta a la existencia que entra en contacto con él de forma definitiva, total y última.
2.             Manifestaciones (subjetivas y objetivas) de la realidad y existencia religiosa en los que se muestra la ruptura de nivel. Se entiende por manifestaciones aquellas disposiciones anímicas y actos internos religiosos de carácter individual y actos exteriores de culto de carácter social. Entre estas manifestaciones están:
3.             La experiencia de lo numinoso (misterio tremendo y fascinante).
o              Sentimiento de lo tremendo se refiere a un estado de ánimo en la línea del miedo, suscitado por una realidad de tal naturaleza que su aparición hace vacilar los fundamentos del propio ser y hace sentir al ser humano inseguro (sentimiento de pecado, de anonadamiento y de sobrecogimiento).
o              Atracción fascinadora que ejerce lo numinoso sobre el sujeto religioso y que se expresa en términos de asombro y admiración. Supone un abismamiento, una extinción (nirvana) en un más allá de la propia condición.
4.             Ritos de iniciación o Ritos de tránsito. "Los ritos de iniciación están universalmente extendidos en el mundo primitivo" (Mircea Eliade).
1.              Los ritos de pubertad, por los que jóvenes obtienen el acceso a lo sagrado, al conocimiento y a la sexualidad.
                Las iniciaciones mediante las que se confiere a la persona una función especial en relación con lo sagrado.
La esencia de los ritos de iniciación consiste en el paso de la vida "natural" a una vida nueva procurada por la aparición de lo sagrado y el contacto con ello. "La muerte representada en todo rito de iniciación significa el fin del hombre natural y el paso a una nueva forma de existir, la de un ser nacido para el espíritu, es decir, la de un ser que no vive tan sólo en la realidad inmediata…Cambio ontológico de las formas estructurales de la existencia" (Mircea Eliade). La iniciación repite un modelo divino (el hombre se transforma en otro según el modelo manifestado por los dioses) y permite al hombre tomar parte en su forma "sobrenatural" de ser.
 .              La conversión y la iluminación. En las grandes religiones existe una manifestación de la existencia religiosa que corresponde a la función de los ritos de iniciación en las religiones primitivas.
             La conversión significa la sustitución de una forma de ser por otra nueva; el paso de una vida natural, mundana, a una vida determinada por una realidad sobrenatural y supramundana. La conversión supone una crisis radical de la forma anterior de existencia y produce una completa
transformación, "renovatio". Una potencia nueva penetra en la vida y ésta se experimenta como totalmente otra. La conversión es vivida como fruto de una acción divina. No es el hombre quien se convierte, sino Dios quien le convierte, quien le dota de una vida nueva. La conversión es esencialmente un renacimiento: Dios renueva la vida; él sustituye la vida profana e impía por una vida santificada. "Yo no soy bueno, decía San Agustín, porque amo a Dios, sino porque Dios me ama".
             La iluminación. En las religiones místicas orientales se encuentran manifestaciones que corresponden a la conversión de las religiones proféticas (judía, cristiana, islámica). Los términos centrales de la espiritualidad hindú y budista son: iluminación, liberación, y prácticas yoga por las que se accede a ese momento y que procuran la entrada en lo absoluto, la identificación con el Brahman, el nirvana, etc. Aquí la salvación no tiene por objeto la condonación de un castigo divina o la liberación de un pecado, sino la iluminación del hombre sobre su verdadera condición, la toma de conciencia de su unidad con el absoluto (el "tú eres eso") o el descubrimiento de la existencia del dolor, sus causas y la superación del mismo. Para llegar a la meta se proponen una serie de prácticas que pueden resumirse en el término de yoga ("toda práctica ascética y todo método de meditación" hasta llegar al enstasis, lo opuesto a éxtasis).
f.             Tabú y sacralidad (aspecto objetivo). La palabra tabú viene de Polinesia, significa lo "expresamente nombrado, separado". Existe tabú cuando una cosa está llena de potencia y este hecho es constatado expresamente. El tabú:
             Indica la presencia de una potencia en una realidad.
             Hace referencia a la actitud correspondiente del hombre ante esa realidad.
Existe coincidencia entre el tabú de Polinesia y las prescripciones de semitas relativas a la pureza ritual (Prohibiciones rituales"). Al comprender el tabú como "presencia de la potencia", y al hacer de éste el primer elemento en la constitución de lo sagrado, se ha identificado prácticamente tabú y santidad, dando pie a la ambivalencia sicológica de lo sagrado: significa puro e impuro, saludable y peligroso que poseen las realidades pertenecientes al ámbito de lo sagrado. El contacto con la realidad sacra produce una ruptura de nivel ontológico que podría ser fatal. De ahí que el hombre reaccione de forma ambivalente ante ella.
Realidad determinante del ámbito religioso
La potencia y la figura de Dios.
Mana/potencia superior impersonal (Marett, N. Söderblom, G van der Leeuw). Lo santo es el objeto de la religión y la potencia es la determinación primera de lo santo. Lo sagrado no está condicionado a la figura de Dios. "Los objetos y los hombres tienen mana (es decir, encarnan potencia porque lo han recibido de unos seres superiores o, porque participan místicamente de lo sagrado" (M. Eliade).
La realidad determinante del orden de lo sagrado es un ser o seres personales: Dioses, Dios (G. Widengren, W. Baetke). Santo es lo que pertenece a la esfera divina o de Dios. "Dondequiera se encuentre Dios, se encuentra lo sagrado."
El misterio, realidad determinante del ámbito de lo sagrado
Definición de Misterio.
No es el Dios o los dioses de las religiones que conocemos. El Misterio es lo que tienen de común todas las formas de divinidad, es decir, todas las configuraciones que el sujeto ha dado de lo que es el término de su actitud religiosa.
Características del misterio.
El misterio es vivido como trascendencia y trascendencia activa. Es decir, como:
•              Totalmente otro.
•              Superioridad ontológica.
•              Superioridad axiológica: sumo Bien.
•              Santidad augusta.
Al descubrir la santidad augusta, el ser humano descubre también su condición de pecador. Adviene a él la idea de pecado. Para que haya pecado es necesario que el hombre se sitúe en la esfera de lo Santo. Pecado es la conciencia de la indignidad ("situación global"), de la falta de valor (bien) y de sentido de la propia existencia en cuanto separada de la realidad que se hace presente con la aparición de lo sagrado. El pecado es el lado negativo de la presencia, en la conciencia del hombre, de la realidad suprema como santa, digna, llena de valor y capaz de dar sentido a todo. Estos son los símbolos de la "situación global" de indignidad:
•              El hombre es pecador porque está separado, desterrado, exilado en relación con lo sagrado (Judaísmo).
•              El pecado es la atadura a lo que no es el Misterio; el pecado es deseo, cuidado por lo perecedero (Budismo e Hinduismo).
•              El pecado es la elección del mal, de lo distinto de Dios o de lo que es contrario (Mazdeísmo).
•              El pecado es tendencia a la autoafirmación, a constituirse a sí mismo en centro exclusivo (religiones procedentes del judaísmo: cristianismo e islamismo).
No todo es pecado; en la otra cara de la moneda está la salvación. La salvación es el paso a una vida que vale la pena, llena de sentido. La salvación se presentará:
•              Como nirvana o extinción de la forma natural de ser, o como identificación con lo Absoluto: "Tú eres eso, el Brahman eres tú".
•              Como nuevo nacimiento que sigue a la muerte del hombre viejo.
Google y Dios: Divinizar y personalizar a Google en la era digital
Reflexionar un poco acerca de Internet y Google. Hace algún tiempo, debido a un hecho circunstancial de mi vida, cotidiano diría, me decidí a escribir un artículo comentando las influencias de Google Internet en nuestra vida diaria y esa percepción que tiene la gente de relacionar inmediatamente Internet con Google. Todo surgió de un comentario que hizo mi hermano al realizar una búsqueda en Google y proclamar la tan escuchada frase “¡Google es Dios!”. Ese artículo quedó a las buenas de Google Dios y hoy quiero reeditarlo para ver cómo a través del tiempo aquello que escribí continúa siendo moneda corriente.
FANÁTICO:“Que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento, creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas. Preocupado o entusiasmado ciegamente por una cosa.”Es evidente que ninguna mente sensata defendería el fanatismo como actitud propia del ser humano civilizado. Identificamos el fanatismo con la ceguera intelectual, con la incapacidad de valorar y sopesar los variados aspectos de la realidad.El fanático no escucha, no razona, no produce diálogo. La mayoría de los cristianos no viven como fanáticos. Ni la mayoría de los musulmanes tampoco, ni la de los herederos de las ideologías históricas de occidente.A pesar de ello, la historia ha escrito muchos de sus renglones con palabras tintadas de fanatismo, adjetivadas de manera diversa: religiosa, ideológica, bélica, económica. Momentos, lugares y grupos en los que la pasión y el exceso han hecho mella, enturbiando la transparencia de las ideas y de los vínculos, de los sentimientos y las creencias.http://www.webislam.com/articulos/18057-fanatismo_y_religion.html


Comparación entre religión y Google
En aquella publicación de las que les hablé al inicio, hice una simple comparación entre la religión y Google y aquellos conceptos parecen perdurar a través del tiempo:
>> Religiones hay muchas, pero Dios solo hay uno. Buscadores hay muchos, pero Google solo hay uno.
>> Las religiones tienen sus mandamientos. Google sus Políticas de privacidad.
>> Las cualidades de Dios son omnipotencia (poder), omnisciencia (conocimiento) y omnipresencia (está en todos lados). ¿No te parece que estas cualidades se pueden aplicar a Google? ¿Qué pensáis?: ¿Google tiene un poder muy grande? ¿Google tiene conocimiento de todas las cosas? ¿Google tiene presencia en todas partes al mismo tiempo? Comentario: A pesar de lo anterior, como la mayoría de las religiones occidentales, Google ha tenido problemas para ser popular en algunos países de oriente como China (donde predomina el buscador Baidu) o Japón (donde el más popular es Yahoo!).
>> Las religiones tienen sus evangelistas. ¿Quién no conoce a Matt Cutts? ¿Quién no tiene un conocido “fanático” de Google?
>> Las religiones tienen sus propios santos. Google tiene santos de nuestra devoción (o no): Google Maps, Youtube, Gmail, Analytics, Picassa… ¿Y otros en proceso de canonización?… ¿Android? ¿Chrome?
No es fácil definir la vida. Por eso tampoco es fácil definir la muerte. Así como se habla del momento del comienzo de la vida, también se ha de hablar del momento de la muerte, que en el ser humano es uno de los momentos biográficos. La muerte es la separación del principio vital (llámese alma, psique, etc.) y del cuerpo, en la concepción filosófica clásica. Para Sócrates, la muerte es parcial, pues el alma no puede ser envenenada por la cicuta. Para Schopenhauer, la descomposición del cuerpo en la muerte puede verse de forma analógica como la eliminación de las heces, como una excreción. También se ha dado una definición muy impersonal de la muerte: es la extinción del sistema individual. O también: es la supresión del metabolismo. Pero todo el mundo sabe que la muerte es personal. El hombre es el único animal que conoce que va a morir, y siente que la muerte es como el último tono de la melodía de la vida. Es hacia los tres o cuatro años de edad, cuando el niño tiene la experiencia de la yoidad, cuando aparece la angustia de la muerte. Tal angustia se atenúa o desaparece si el individuo piensa que la muerte no es más que un momento de la biografía, biografía que continúa, de otro modo, pasado tal instante. Para Rilke, la hora de la muerte no es más que una de nuestras horas. Por otra parte, el fenómeno es inexplicable bajo el punto de vista de la experiencia, ya que el individuo vivo no tiene noción de lo que pueda ser la terminación de su vida. Por eso, el miedo a morir es normal en todos los seres humanos, y sobre todo si se trata de una muerte dolorosa, dramática; en tales casos, el posible deseo y petición de la muerte puede interpretarse en el sentido de que ese individuo pide ayuda médica, consuelo moral, compañía, calor humano, ayuda espiritual (Medicina Paliativa), medios todos ellos que hacen digna la muerte.
http://es.wikipedia.org/wiki/Fanatismo_religioso